Tiempo de simulación de pactos. Bailes desmañados de candidato falto de tersura que muestra una sombra de sus pechos para excitar al público y oculta con faja sus verdaderas intenciones. La política como representación de una obra mendaz que provoca bostezos porque los actores están sobreactuados y el desenlace se huele a la legua. Vuelven los días plastilina, a esas cuatro de la mañana recurrentes…