Las familias se hacen fotos juntas y sonrientes. Así pueden perpetrar el (falso) mito de la felicidad nuclear y resucitarlo cuando vengan mal dadas. No es que me haya dado un arrebato de cinismo súbito. Las Chukis y yo solemos hacernos fotos con la cámara de este ordenador. En un programa que permite distorsionar los rasgos, añadir nubes al fondo o duplicar los ojos, un…