-O está loco por ti, o lo está por sí mismo… A las muchachas listas conviene vigilarles el cesto de las palabras porque suelen llenarlo hasta el borde y cualquier descuido derrama la carga y es fatal. Anoche la temeridad fue asfixiada por la derrota, que campaba a sus anchas por un Madrid templado que ya despidió al invierno y coquetea lascivo, desatado, entre taxistas…