Mi queridida Big-Bang: El masajista es un calvo estilo hierbas que habla muy bajito y mira a los ojos para evitar mirar a otra parte. “Decúbrase y póngase boca abajo. ¿Le han dado el deshechable?” . Y yo, en mi tono normal: ¿Quéeeeee?. El deshechable. O sea, esa especie de taparrabos de papel que te arranca toda la dignidad de una sentada. “Ah, sí, aquí…
Virginia Galvin
La vida en 5 minutosMi querida Big-Bang: A mi amiga L. se le ha muerto el chucho y le ha hecho un roto en el corazón. Las que nunca hemos tenido perro, sino hermanos al por mayor, solemos pasmarnos cuando oímos hablar a los propietarios: “Vamos, muchachito, a mimir”, le decía ella cada noche, y con ese ritual de cariño finiquitaban ama y can un día lleno de todo…
Mi querida Big-Bang: Estoy a punto de cuadrar un círculo, y la excitación no me deja dormir. Sí, dirás que cuando no es por H es por B, pero entiende que a mí lo que me ponen son los desafíos extremos y, como no he sido seleccionada para concursar en Pekín Exprés con mi hermana y gritarnos cual verduleras con las mochilas esas tan poco…
Mi querida Big-Bang, Almodóvar me coge del brazo y me guía suavemente por los largos pasillos del tanatorio hasta una capilla privada, casi la celda de un monje, donde hay una cómoda gigante de pueblo algo desportillada, una cama medio deshecha, cientos de gladiolos sin corona-“siempre se llevan a los mejores”- y una superficie blanca y dura donde tres niños enanos lloran como plañideras a…
Mi querida Big-Bang: Mr. Rubidio se ha vuelto complaciente y me escribe a diario para abrirme su corazón y hasta sus tripas. Diez o doce líneas, no más, donde se desnuda en un strip tease nada escandaloso pero sí perseverante. La literatura epistolar con desconocidos ha alumbrado grandes joyas, lo sabes. Tan libre, tan provisional, tan cargada y descargada de expectativas, la pluma vuela y…
Mi querida Big-Bang: Mi cuento favorito es el de las tres princesas que cada noche se escapaban a bailar. Por la mañana sus zapatillas aparecían destrozadas,y el rey nadaba en su desconcierto. Un día les puso una trampa y las pilló en pleno delito. El castigo fue encerrarlas en tres tinajas y cerrarlas con pez (¿quieres que te lo cuente otra vez?). Sí, aquellos castigos…
Mi querida Big-Bang: Los pajarracos negros danzan ahí fuera con presunto orden y concierto. Se habla mucho de la presunción de inocencia, pero yo soy muy partidaria de la presunción de equilibrio, de solvencia, de estilo directo, de burla o de militancia, por citar sólo unos pocos ejemplos. Todo es de una manera mientras no se demuestre lo contrario, lo malo es que a veces…
Mi querida Big-Bang: El calor lo carga el diablo. La casa es una olla a presión y mi cuerpo retiembla como la lavadora vieja que durante el centrifugado sale a pasear. Imagino la de serial killers que estarán frotándose las manos y afilando los cuchillos para salir tras una víctima propiciatoria. Sí, todos los malos instintos se agudizan a más de 30 grados. Elige una…
Mi querida Big-Bang: ¿Has soñado alguna vez que le seguías el rastro a diez hormigas? Y, una pregunta más: ¿entiendes que en las habitaciones de los hoteles con encanto para enamorados no haya un tabique aislante y opaco entre baño y dormitorio? Hay sinrazones que se me escapan incluso a mí, que soy muy de seguir con la mirada las evoluciones de los bichos. Sin…
Mi querida Big-Bang: Mi amiga C. tiene tres hombres al retortero. El primero le gusta, pero no le conviene. El segundo le conviene, pero no le excita. El tercero está en la bruma, esperando su momento estelar cual concursante de “Lluvia de estrellas”. -Tú lo que eres es un poco ligerilla, le decimos tiñosas de celos. ¿Vas a mantener semejante banquillo de la Champions League…