Mi querida Big-Bang: El mundo del chándal nos invade. Una cosa es ser casual y otra hortera. Sí, no es que una no haya abrazado la malla gris marengo como uniforme doméstico en alguna reencarnación, pero lo de salir a tomar el aperitivo con un dos piezas de lycra azul desteñido y el periódico bajo el brazo me parece antitético. O eres deportista, o lees….
Virginia Galvin
La vida en 5 minutosMi querida Big-Bang: Leer dentro de un jacuzzi es una maniobra complicada. La espuma se te mete entre las páginas de Henry Miller y el ruido de los chorros te impide concentrarte convenientemente en su biografía. Imagino que Marilyn no osaba bañarse cuando el genio estaba creando. O lo mismo sí, porque si eres tan rubia se te perdona todo, hasta el chapoteo con libro….
Mi querida Big-Bang: El hotel está en medio de la nada. Un erial que podría ser Las Vegas, pero es Aranjuez. La mejor forma de vaciar el cerebro de los neones de Movistar del casino es meterse en una king size con sábanas de algodón egipcio y asomar la cabeza por la puerta sólo para dejar la bandeja del servicio de habitaciones. Las simples es…
Mi querida Big-Bang: Yo quería una chupa de cuero negro, la clásica de policía de Nueva York. Un poco canalla, bien ceñida a mi cuerpo, incluso reventona. Con esas pieles gruesas y flexibles que con los años y las madrugadas de gin cogen apresto y son leyenda. Así que me fui a la catedral de las chupas, donde me probé una tras otra, delante de…
Mi querida Big-Bang: Los quebrantos te quejan el cutis ajado, el alma tiritona y los sesos al jerez. Si rematas la jugada con una noche de insomnio, te conviertes en una papilla grisácea como las que te dan para explorar los malos humores estomacales. Sí, los seres simples viven mejor y conservan la piel lisa. Ese es el secreto de belleza. Ese y el bótox,…
Mi querida Big-Bang; Mentir es un arte que requiere talento,práctica y experimentación. La enfermera del amor quiso darle una sorpresa a su marido y le sacó un billete para Venecia. Debía de asegurarse de que el viernes a las cuatro él entraba en casa, donde le esperaría con las maletas preparadas. Así que, como la estratega pelirroja que es, el lunes por la noche le…
Mi querida Big-Bang; Ayer mi padre me llamó desde el pueblo de la montaña donde se autoexilia: “Te estoy viendo en la tele, hija”. Y nada más. El hombre no aclaró si le parecía que yo estaba haciendo un papelón como para enorgullecer a la familia o, por el contrario, se le antojaba que una mamarracha con su apellido devaluaba el pedigrí entre sus amigos…
Mi querida Big-Bang; Ayer supe en un taller de astronomía para niños que Plutón se llama así por Pluto, el perro de Disney, que vivía sus días de vino y rosas cuando descubrieron el planeta al que ahora quieren dejar de considerar como tal. Los científicos son así, caprichosos y mobiles, como la donna. Y si ni siquiera de ellos y su presunta solidez nos…
Mi querida Big-Bang: Huyo de las mujeres a las que el marido no se les cae de la boca. No porque le den duro al sexo oral, circunstancia que ignoro, sino porque en su discurso no son ellas sin su Manolo. El matrimonio otorga en ocasiones una disolución del ego tan espectacular que debería ser un antídoto contra el narcisismo, se me ocurre. Pero tú…