Mi querida Big-Bang: En mi última nueva serie favorita -Boston Legal, ya sabes- hay diálogos memorables. ¿Por qué fumas?, le pregunta él a su secretaria, una rubia desbaratada, manirrota y nerviosa. “Porque fumar es un lugar al que volver”. La idea del vicio-refugio me atrae. Quizás porque no fumo, quizás porque la estigmatización del fumador le ha quitado todo romanticismo y sex appeal al acto…
Virginia Galvin
La vida en 5 minutosMi querida Big-Bang: Tú vas a la pediatra con las chukis para la revisión de los 70.000 kilómetros. Ella mira a la pequeña y, tras llamarla por segunda vez por su nombre, le ordena: “Ahora quítate toda la ropita y te quedas en calzoncillos”. Yo ahogo una carcajada, chuki grande me mira con estupor y la agraviada compone una sonrisilla sarcástica. Yo la ayudo a…
Mi querida Big-Bang: Me gustan las personas que mienten, pero no engañan. Y los relatos bien titulados, aunque luego me frustre que no sean para tanto. El último premio Alfaguara ha bautizado su novela “El ruido que hacen las cosas al caer”, o algo así. Me encanta. Ya necesito tenerlo y leer el arranque a ver si soy arrastrada por su corriente de letras. Durante…
Mi querida Big-Bang: En el principio fueron los tríos. La pirámide, el equilátero. Tuve un novio perspicaz que me decía: “las mesas de tres patas son las únicas que no cojean, porque definen un plano”. Yo, que era de letras puras, me encogía de hombros y le daba la razón pensando en altísimos zapatos de tres tacones donde poder erigirme cual drag queen aprovechando aquella…
Mi querida Big-Bang: La pesadilla arranca en el lobby de un hotel de gran lujo. Somos un grupo y tardan un rato en darnos a todos la llave de las habitaciones. Ya en el ascensor, quedamos en vernos en diez minutos. Mis compañeros van saliendo en cada piso, menos yo. Porque en mi tarjeta no figura el piso, peor sí una sucesión alfanumérica que me…
Mi querida Big-Bang: Ayer fui a Leroy Merlin, el paraíso de la clase media española que necesita buscar un plan de tarde que dé sentido a su existencia. Por alguna razón que se me escapa, a la gente le gusta ir en chándal a esta meca del do it yourself. Especialmente a ellos. Ellas son más de jersey con pelotillas, cómodo, y vaquero holgado más…
Mi querida Big-Bang: Llorar en el cine siempre me ha dado corte. Tiene su técnica, sí, que consiste en lograr que las lágrimas caigan silenciosa y limpiamente mientras sientes ese familiar estrangulamiento en la garganta. Luego hay que enjugarlas, pero no antes de que lleguen al borde de la barbilla, en un gesto leve como de rascarte y sin pañuelo. Es imprescindible que el rimmel…
Mi querida Big-Bang: Sí, un buen tinte puede cambiar tu vida. Y más en una peluquería donde no hay revistas del corazón ni carritos con rulos rosas y celestes, ni cepillos redondos con pelos, pero sí facturas de tres dígitos. Es decir, en una pelu convencional te atienden Vanessa o Yolanda, que son pizpiretas y tienen novio en Fuenlabrada, y entre brochazo y brochazo cortan…
Mi querida Big-Bang: Hasta el Sr.Rubibio considera que he entrado en unos niveles de alta densidad argumental, cosa que no corresponde, dice, “ni a tu edad, ni a tu ligereza intelectual, ni a tu talento”. Vamos, que se aburre. Porque debajo de todo intelectual con peluquín hay un cotilla. Una portera de finca urbana que quiere reírse de la espuma de la vida para seguir…
Mi querida Big-Bang: Empiezo a disertar sin rumbo, y cuando sucede debo hacérmelo mirar. Ayer comía noodles mirando fijamente al teledor, casi bizca, cuando le solté a la pobre A-2: “Creo que es el momento de volver a los círculos de intimidad, a la confianza extrema”. La pobre creyó sin duda que me estaba volviendo loca, pero como está en el núcleo de mi círculo,…