p { margin-bottom: 0.21cm; } Mi querida Big-Bang: A la romántica irrefrenable y cotilla que soy le fascina saber cómo se reparten los bienes las parejas que rompen. Creo que uno se retrata cuando elige los Cds de Aretha Franklin o las películas de Charles Bronson. La vajilla completa de la tía Sole o el televisor de 32 pulgadas con pantalla extraplana. Los libros de…
Virginia Galvin
La vida en 5 minutosMi querida Big-Bang: Me gustan las mesas grandes, los rincones pequeños y los techos altos. Los hombres, con discurso. Las mujeres, sin zalamerías, y los niños mudos o, en su defecto, afónicos. Las casas rurales sin bichos, los pueblos, con iglesia y campanario. Me gusta venir al campo y que me despierten las campanas, pero no las chukis. Los urbanitas hemos desarrollado un particular afecto…
Mi querida Big-Bang: El arca de Noé ha hecho tanto daño a la humanidad como las pelis porno. Nos dijeron que a la salvación se accedía en pareja y nos lanzamos al diluvio de la mano sin pensar que saldríamos escaldados como los protas de Titanic. Nos dijeron que todos los hombres la tenían grande y duradera y que el revolcón era un alarido tridimensional…
Mi querida Big-Bang: Tú llegas al Retiro a mediodía, sacas el bocadillo de tortilla, escoges un árbol con buen tronco y mejor sombra y te parece que el mejor hotel de cinco estrellas no te hace tan feliz. A estas alturas ya debes saber que en el fondo llevo una tipejilla dentro. Esa que se monta en bici sin quitarse los tacones y se revuelca…
Mi querida Big-Bang: Aunque tú no lo sepas, ensayo para mi particular procesión de Semana Santa. El Vía Crucis de mi existencia bien merece una túnica y un capirote, siempre que sean de Stella Mc Cartney o de Miuccia Prada. No es que tenga grandes pecados que purgar, verás, pero ese momentazo de seguir a un Cristo por las calles de Madrid cual penitente con…
Mi querida Big-Bang: Que te regalen por tu cumpleaños una botella de ginebra da que pensar. Por muy de coleccionista que sea. “Es para que colecciones cogorzas”, parece decir. Una cosa es que yo misma airee mi historia de amor con el gin-tonic, y otra que mi familia lo asuma como una tara inevitable y, por tanto, cotidiana. Además, lo bueno de los vicios ocultos…
Mi querida Big-Bang: Hay una situación cotidiana entre hombres que siempre me ha parecido violenta. Dos que se encuentran en el baño, codo con codo, haciendo pis. Con las manos en la masa. ¿Se miran, aunque sea se reojo? O, por el contrario, ¿clavan la vista en la pared para que el otro no sospeche la más mínima curiosidad?¿Hacen comentarios de ascensor para relajar la…
Mi querida Big-Bang: La mujer, en los cincuenta, no para de hablar por el móvil, que sostiene con esas garras de uñas largas pintadas de nácar que sólo llevan las mujeres de cincuenta que siguen llevando los zapatos a juego con el bolso, el brushing de peluquería y los tacones de tres cuatro centímetros. La tengo al lado y me molesta, porque ha llegado con…
Mi querida Big-Bang: Escribir sin café es como levantar a un muerto a plomo. Hay acciones que sólo suceden juntas. Lavar y marcar, nadar y guardar la ropa, tirar la piedra y esconder la mano… Dirás que hoy me he levantado filósofa low profile, pero es que una no es capaz de mantener el listón de la intelectualidad por todo lo alto cuando la han…
Mi querida Big-Bang: Ayer tuve un ataque serio de misantropía. Lo que tienen las mechas es que te vuelven confiada a base de desconfiar de ti misma. Es decir, si no sabes ni de qué color tienes el pelo, tampoco sabes por qué votas a un mamarracho en lugar de a otro, por qué sigues comiendo alimentos que atacan al hígado y en qué te…