Mi querida Big-Bang; Soy muy partidaria de los rituales iniciáticos. Pero no de vestir a las niñas de novias mamarrachas con tejidos acrílicos para que empiecen a soñar con el hombre de su vida desde su más tierna infancia. Las comuniones, vistas a una media distancia, me parecen un desfile de debutantes enanas presentadas en sociedad sin que les falte un detalle. Con esos tules…
Virginia Galvin
La vida en 5 minutosMi querida Big-Bang: Ando fascinada con los franceses. Y no por Dominique SKN y su devota esposa, esa mujer fornida que lo lleva del brazo ante el juez y lo apoya a muerte frente a la camarera que lo acusa de violación porque los votos matrimoniales mal entendidos son así; tampoco por la diosa Bruni con su incimiente tripa chic. Sino por esa nueva manifestación…
Mi querida Big-Bang: Me asalta una fantasía recurrente. No, no se trata de la de la orgía en el parque de bomberos. Esa ya pasó. La de ahora es mucho más preocupante. En ella tengo un marido. Un hombre que recoge mis migajas cuando me tiro al sofá por la noche, después de un día chungo de trabajo y una vuelta gloriosa al hogar en…
Mi querida Big-Bang: Con cierta frecuencia no sé qué pensar de algunas cosas. El criterio es eso que se resiste a personarse y que huye cuando más lo llamas. Conozco a pocas personas con criterio del bueno. La mayoría lo tomamos prestado de ellas, lo adornamos con unas guindas y mucha nata y lo sacamos a pasear. Me fío, por ejemplo, de cierto escritor colombiano…
Mi querida Big-Bang: Sabes lo que me excitan las buenas historias. Ayer, en el patio del colegio de las Chukis, mi amiga de la infancia me contó una de esas de real life. Un pirotécnico y su esposa cañón son los protagonistas. Cada verano, él la lleva al pueblo con el niño y se aleja con su furgón de fuegos artificiales para recorrer la geografía…
Mi querida Big-Bang: La cultura es un gran antídoto contra la mediocridad y el hormigueo existencial. Después de un Telediario lo mejor es chutarte un Bach o correr a sumergirte en una de esas exposiciones donde no va nadie y escuchas el eco de tus pasos perdidos. Antes de que me taches de falsa cultureta te diré que yo no quería, como los asesinos de…
Mi querida Big-Bang: Me rechiflan los dardos envenenados. Esa habilidad que tienen algunos para hundirte cuando en apariencia te piropean. A mi amiga O. le pasó el otro día. Estaba en una fiesta con un alto ejecutivo. Gay, en este caso. La típica escena de sofá. Y él se refería a lo que piensa de mi amiga, que le escuchaba absorta con su modelazo de…
Mi querida Big-Bang: Se me ocurren pocos lugares más cetrinos que una gestoría. Esos antros del papeleo donde aún hay registros polvorientos que se rellenan a mano y donde las paredes son de gotelé beige con una sospechosa pátina gris panza de burra. Sostengo que si no se han modernizado es porque sus dueños saben que el cliente va por estricta necesidad. Para poner orden…
Mi querida Big-Bang: ¿Por qué la gente que viaja a un destino de playa se pone el sombrero de paja ya en el aeropuerto? ¿Creen que así atraerán las olas del mar a esa cola eterna eterna y abrasadora llamada clase turista, que suda y anhela sacar la lorza a pasear si el viento de poniente les da cuartelillo? ¿O pretenden dar envidia a los…
Mi querida Big-Bang: Pocas cosas hay más humillantes en la vida de una mujer que quedarse en bragüelas y suti y que un tipo en bata le mida los contornos de muslo y cintura. Después de haber dejado de comer fritanga, patatas y pan, el mísero resultado son dos centímetros. Y aquí entramos en terrenos resbaladizos. ¿Pueden dos centímetros cambiar tu vida? “Hay hombres que…