Me gustan los puentes de hierro. Esa mezcla de ligereza y majestad con que saludan al río y desafían el peso de las almas que los cruzan entre levísimos temblores. El hormigón ha hecho mucho daño a la arquitectura que une dos orillas, me parece, y volver a pasar de Oporto a Gaia por las tripas de Don Luis es una emoción largamente postpuesta y…
Virginia Galvin
La vida en 5 minutosNo celebro Halloween pero a veces me disfrazo, involuntariamente, para ser otra un rato y descansar de mis leyes, díscola militante. Desconocía hasta hace poco que un viernes negro era un black friday donde compras una barbacoa sin tener jardín, sólo porque es barata, y no una mala cita de amor o un atentado sangriento en una discoteca parisina. No pienso celebrar Thanksgiving Day por…
P { margin-bottom: 0.21cm; } -Yo soy muy del Kurdistán. -Enhorabuena. -Pues yo tuve una compañera de piso del Kurdistán. Estaba loca. -Loca y kurda. No falla. (Escuchado un martes de frío noviembre) Preparo quinoa a unas horas demasiado intempestivas en mi vieja cazuela de hierro, mientras miro con hostil desconfianza al móvil nuevo. Traidor y relamido en sus formas curvas de unánime alabado diseño …
“Ése es el amor que siento. Un amor enfermizo, bestial, cuando sucede. Padezco el síndrome de algunos perros. El síndrome del abandono. En cuanto amo me siento abandonada. Quién sería capaz de asumir esa voracidad y ese terror”. Angélica Liddell. El centro del mundo. Ed Uña Rota. Último botín literario capturado en aguas interprovinciales: Además de la Liddell, que me recomendó ayer su editor Carlos,…
“Los lectores sentirán cómo tiemblan sus ortodoxias y se conmueven sus convicciones” (R.L.Stevenson. Escribir. Páginas de espuma) Me gusta el sonido del temblor de ortodoxias. Es apenas un murmullo subterráneo que te avisa de que los pilares de tu vida están a un paso de la demolición. Somos un edificio alzado a tortazos, como la catedral kisch que ha construido un anciano a pocos kilómetros…
Sin proponérmelo, mi pista de despegue se ha llenado de no ficción. Para dormir no quiero ahora mentiras, acaso las habituales que nos hacemos a nosotros mismos, acaso sin querer. Añado a Salvador Pániker y su cuarto volumen de memorias “Diario del anciano averiado” (Literatura Random House) con la excitación del hallazgo preconcedido. Compruebo que el primer cajón de mi mesilla alberga aún los décimos…
Atentados en París La rabia es un sentimiento puro e indigesto. París dan ganas de salir corriendo, no estamos protegidos ni por un ejército de ejércitos. Un tipo rabioso, resentido, es más fácil de convencer para un asesinato. Morir matando. Rabia rabiorum. RIP. Palabrería de político fingiendo que puede protegernos de los malos. ¿Y si esta masacre de París hubiera pasado en La India, en…
1. Anoche, traspasada de cama y de runrún catalán. “Escribir tiene que ser una aventura o no ser”, leía. Ay, Ulises, dónde te has metido. Salir a batirte entre palabras dardo. Irte antes de irte. Apuntar: Al columpio le faltaba una cuerda, se balanceaba con el cuerpo escorado hacia la izquierda, en equilibrio frágil. “Más fuerte, más fuerte”, gritaba, y él obedecía. Los espectadores adivinan…
Un amigo de mi hija se ha hecho donante de sangre para ligar. El primer día colgó en Instagram la foto de su brazo perforado por la aguja y esa goma llena de líquido oscuro cabalgando espeso hacia una bolsa semitransparente. Supongo que tal gesto, diría que desesperado, excitará a las vampiras, puede que a las estudiantes de medicina o enfermería. Incluso a las tatuadoras,…
Si yo estuviera hoy en el parlamento catalán y quisiera neutralizar el asunto de la resolución independentista pactada por Junts pel Sí y la CUP no llamaría a los tanques, como insinuó sin insinuar cierto señor muy enseñoreado. Llamaría a Lang Lang y le pondría a tocar Cantos de España Opus 232 de Isaac Albéniz. Me arriesgaría, eso sí, a que esas mentes obtusas que…