La mujer avanzó hasta la vía del tren, colocó su bolso sobre el riel y, tras tumbarse, puso la cabeza encima como si se tratara de una almohada. El tren la despedazó minutos más tarde. No busquéis la noticia. No ha sido publicada. Pero sucedió cerca de Madrid, hace unos días. Me la contó ayer un taxista cuya mujer es policía. El teléfono sonó en…
Virginia Galvin
La vida en 5 minutosUna pareja come en un restaurante chino/japonés de Madrid. Hablan tan alto que mis compañeras de mesa y yo terminamos por callar y escuchar el cortejo que se traen. Son un hombre y una mujer, maduros, quizás en unos cuarenta ya desfallecientes. Él tiene un leve acento extranjero. Ella es delgada, de pelo largo y moreno y rostro agraciado y severo, poco afable, sin maquillar….
A veces hay que reconocer la derrota. El acto, en sí mismo, te permite descansar. Esto vale igual para unas elecciones, un desamor o una noche de insomnio. Es decir, que el líder que no reconoce que ha perdido no apaga el motor y sigue al ralentí quemando sueños mientras brinda a su público el espectáculo más grotesco. El amante no correspondido que persevera termina…
Me llamo X y ayer fui al cine a ver Amanecer, parte 2. Una mancha en mi currículum de sólida agitadora cultural, pensaréis. Para que podáis añadir saña a vuestro menosprecio, os diré que las he visto todas, y en el cine de estreno. Y que volvería hacerlo solo para hermanarme con mi adolescente, a quien los rituales familiares le aportan inusitada seguridad. Debo decir…
Es un hombre en sus cuarenta y algunos, divertido, inteligente, que sale a una fiesta invitado por una compañera de trabajo. Subordinada suya, me temo. Divorciado, estatura media, deportista y padre de tres hijos. Profesional de éxito. Mi amigo J. -ese hombre- llega al lugar y enfoca su radar hacia una desconocida mujer, “un pibón”, amiga de la anfitriona, y se acerca a ella con…
Cada día, camino del trabajo, hay un senegalés que me saluda sonriente justo en la puerta del bar donde compro el café que subo al despacho como parte imprescindible de ese ritual de encender el ordenador, consultar el correo y poner en marcha la jornada antes de que lleguen mis compañeros y se rompa el silencio acogedor de la oficina desierta. La secuencia es como…
Todos los días, Minichuki me suplica que la deje ir sola al colegio. Que ya es mayor. Y se enfada como un babuíno cuando le respondo que aún es pronto. Entonces aprieta el paso, mira al suelo muy airada y me somete a su desdén más violento hasta que alcanzamos la puerta del cole. A veces claudico a medias y si hemos cogido el autobús…
En una conversación reciente alguien propuso un juego: cada uno tendría que hacer una revelación, contar algo inédito de su vida, algo tal vez anodino que hubiera mantenido oculto, enquistado bajo la epidermis como uno de esos forúnculos que se infectan y acaba extrayendo un cirujano. O, en su defecto, una fantasía que retratara su ponzoña moral. “Cada vez que dices “como digo yo” o…
En el hospital de mi cuñada la Enfermera del Amor a los suicidas se los llama técnicamente “precipitados”. Naturalmente, en esta clasificación entran sólo los que se han tirado al abismo. No los que se cortan las venas, engullen un cóctel de pastillas o meten la cabeza en el horno. No se me ocurre nada menos precipitado que planear tu muerte. Subirte a una ventana,…
Picasso.Dos mujeres en un bar TOMA-1:Me llama J. para invitarme a comer pollo a su casa el domingo. “Te vienes antes y me sacas a pasear, que ya sabes que P. considera que salir a andar es absurdo. Él va a los sitios con una meta”. Mi amiga M. tiene un marido que no sale de casa los domingos por la tarde. Jamás. Por decreto…