Mi querida Big-Bang: ¿Por qué la gente que viaja a un destino de playa se pone el sombrero de paja ya en el aeropuerto? ¿Creen que así atraerán las olas del mar a esa cola eterna eterna y abrasadora llamada clase turista, que suda y anhela sacar la lorza a pasear si el viento de poniente les da cuartelillo? ¿O pretenden dar envidia a los…
Virginia Galvin
La vida en 5 minutosMi querida Big-Bang: Pocas cosas hay más humillantes en la vida de una mujer que quedarse en bragüelas y suti y que un tipo en bata le mida los contornos de muslo y cintura. Después de haber dejado de comer fritanga, patatas y pan, el mísero resultado son dos centímetros. Y aquí entramos en terrenos resbaladizos. ¿Pueden dos centímetros cambiar tu vida? “Hay hombres que…
Mi querida Big-Bang: Las matemáticas son antídotos contra la inseguridad. Este es mi primer pensamiento del día. No entiendo por qué los tarados terminamos estudiando letras puras. Ese bosque salvaje y desorganizado donde los principios varían todo el tiempo, según les dé el agua o el sol. Tradicionalmente los caóticos hemos leído para poner algún asidero en esa jungla, y ya de paso nos liamos…
Mi querida Big-Bang; Hay una teoría que sostiene que si todos fuéramos supereficientes en nuestros trabajos la economía se colapsaría. De ahí a colegir que rodearse de tarados es una bendición hay un paso. En la oficina de mi hermano aún hay tipos que se van al baño con el periódico en la mano. No el suyo, el de la oficina. Me parece repugnante, por…
Mi querida Big-Bang: Al señor Rubidio le mortifica que ataque sus tácticas represivas. Y su venganza se sirve en plato frío. Ayer, mirando mis plataformas beige como si no las hubiera visto antes, suspiró: “claro, ahora entiendo lo de las durezas”. ¿Cómooooo? Durezas tendrá tu padre, dije escondiendo instintivamente los pies no sin antes comprobar que durezas no, pero la pedicura exhausta, desde luego. Hace…
Mi querida Big-Bang: Creo que es una señal. En Cannes gana una película muda y ayer se batió el récord de papeletas en blanco de unas elecciones. ¿Llegan tiempos de silencio? La novela homónima de Luis Martín Santos siempre me inquietó. Especialmente esa imagen de las mujeres empollando ratones de laboratorio entre sus pechos. Anoche también me fui a la cama inquieta, entre el discurso…
Mi querida Big-Bang: Ir a votar a un cole pijo donde padres e hijos van a conjunto vestidos es un dislate. Sobre todo si vienes de un fin de semana rural con tu escudera chuki llena de churretes en la camiseta y jeans desgarrados. Así que hemos hecho un papelón. Nada más entrar de esa guisa te encuentras con tu vecino Martínez el facha, que…
Mi querida Big-Bang: Y entonces detienen a un pez gordo del FMI, al rey de la pecera, por tocar el culo a las chicas y tú tratas de desvincular sus excesos carnales de sus ademanes financieros. Pero es difícil. Los gestos nos definen. Sí, a todos se nos puede ir la mano hacia una carne turgente, pero no todos vivimos de un ente que se…
Mi querida Big-Bang: La burocracia doméstica es como las arenas movedizas. Cuando más chapoteas, más te hundes. A mí me dices la palabra “trámite” y me da un ataque de perropaulovismo del quince. Odio las ventanillas con números de turno. Siempre tengo la sensación de que cuando baje la mirada para mirarme una mota en los zapatos saltará el mío y no lo veré, de…
Mi querida Big-Bang: Hay frases que nos salvan y frases que nos condenan. “Que sepas que hasta que cumplas 18 años puedo obligarte a creer en Dios” es una de ellas. Se la han dicho a una adolescente que sólo necesita una orden o una prohibición para que sus circuitos hormonales se electrocuten. La pobre no es que busque a dios, es que bastante tiene…