Mi querida Big-Bang: El fútbol está acabando con mis convicciones más profundas. De verdad que no quiero, pero cuando mi emisora de cabecera retransmite los partidos -día sí, día también- yo recorro el dial a la caza de noticias y no falla. Sólo la extrema derecha prescinde del gol y sigue a lo suyo; la propaganda goebbeliana. Como una es mujer de costumbres y quiere…
Virginia Galvin
La vida en 5 minutosMi querida Big-Bang: Tú vas a un programa de televisión de amplio espectro popular y te identificas en el control de seguridad. Después de un rato de espera te baja a buscar una de producción que siempre lleva prisa y, aunque intenta hacerte un saludo pelota -vas a rellenar de gratis unos minutos eternos de casi nada- le sale un “rápido rápido”, como al conejo…
Mi querida Big-Bang: Ayer fui una chunga desabrida y dios me castigó. Todo mi pasado judiocristiano se volvió contra mí con furia, y me lo tengo merecido. Necesito confesarme porque dejé de hacerlo hace un par de décadas, me temo, pero si no expío mis culpas con un ritual seguiré arrastrándolas como Segismundo sus cadenas. Amén. La culpa es la peor de las compañías posibles….
Mi querida Big-Bang; Me escribe un escritor de ultramar para una cita, después de haber mantenido cierta correspondencia los últimos meses: “sería un poco a ciegas, pero no del todo, siempre puedes fingir una indisposición repentina y salir corriendo después de tomarnos un tinto”. Me encantan las citas a semiciegas con tipos inteligentes que escriben prosa tan sobria como vibrante. Es lo inverso a ir…
Mi querida Big-Bang, ¿Qué pensarías si delante de ti, en plena Castellana, ves volar un coche y voltearse para caer del revés, a cámara lenta, delante justo del museo donde se gestaron las traiciones y donde tus pies doblaron su volumen unos días atrás, por el efecto constrictor de unos zapatos más altos que la inflación china? ¿Casualidad? ¿Señales que me indican que me aleje…
A toda mujer de real life le llega un momento en el que abandona por fin los parques, los columpios y las charlas insustanciales con los padres de los otros niños. Ser madre es un contrato con la letra más pequeña que la del “Rojo y Negro” de Stendhal en versión papel biblia que guardo entre mis tesoros. Nadie te dice que en el preciso…
Mi querida Big-Bang: Que Mr. Rubidio considere que llevo una vida disoluta y autocomplaciente, tiene un pase. Un ser mugriento y ponzoñoso como él necesita sacar su hiel con ayuda de estímulos externos. Pero que mis amigos hayan llegado a la misma conclusión me preocupa. “Nena ¿tú qué haces entre fiesta y fiesta, dar de comer a los patos?” , me soltó ayer J., el…
Mi querida Big-Bang; Quinto intento de hacerle creer a mi organismo que la leche de soja es leche. Definitivamente, ni lo es ni lo será, tris tras.Mi empeño en pasarme a la legión hierbas ma non troppo ha vuelto a fracasar. Ahora tendré que escuchar la bronca de mi querida amiga A-1, que considera que todos mis males vienen porque tengo el hígado envenenado: “cómo…
Mi querida Big-Bang: Tú llegas al restaurante con la lengua fuera. Te has salido de una reunión vital para el movimiento del planeta, has corrido como un pato con esclerosis por las aceras de city y, como la neurótica que eres, te has sentado a la mesa a las dos o´ clock, satisfecha de tu puntualidad británica. Has pedido un agua con gas, hiel y…
Mi querida Big-Bang: Lo peor que le puede pasar a una mujer que se enfunda un Lanvin epatante es llegar a la fiesta y comprobar que hay una horda de macizas que le sacan dos palmos, rubias naturales y con apellidos rusos. Entonces sufre una suerte de efecto menguante súbito y el maquillaje empieza a brillar en un efecto gusiluz demoledor para el photocall. Que…