Virginia Galvin
La vida en 5 minutosMi querida Big-Bang: Mi amiga A-3 me pide que hable de la lactancia materna para que su hermana, pediatra, recite mis versos en un congreso médico. “Chitina, le digo, si tu hermana me parafrasea la echan del gremio ipso facto. Pocas cosas hay en mi vida más funestas que la lactancia terrorista ésa”. Esa época sórdida en la que conviertes una de tus armas de…
Mi querida Big-Bang: ¡Hoy estreno mi bicicleta!. La tengo delante de mí, azul y brillante, la promesa de una regresión a la infancia y a las costras en las rodillas. Yo era una cafre y solía soltar las manos del manillar para epatar a mis amigas, que venían diligentes a recoger mis pedazos cada vez que me dejaba los cuernos contra el asfalto. “Una bicicleta…
Mi querida Big-Bang: Uno de mis hobbys más desarrollados consiste en contemplar las evoluciones de las parejas. Mi objetivo final es el desarrollo de una sesuda y explosiva teoría sobre el amor que ríete de las polémicas del chungo de Bernard Henry Levy. Mis estudios de campo tienen lugar en aeropuertos, grandes almacenes y restaurantes, tres espacios malditos donde el amor se la juega a…
Mi querida Big-Bang: El último oráculo de mi vida se llama “El libro de las mutaciones”, lo que los chinos llaman coloquialmente “el Yi King”. Con el criterio estricto y riguroso que me caracteriza, lo elegí tras verlo en una librería, con la portada tan mona de dragones entrelazados en sanguina y añil, y tener una revelación: “Voy a abrir el King este al azar…
Mi querida Big-Bang: La lady Gaga que llevo dentro me ordena que dedique la mañana al caos y a los excesos. Hoy es martes, no tengo planes de boda ni barco esperándome atracado en ningún puerto, así que bien podría entregarme en brazos de un rapsoda que me recitase en verso las bondades de la absenta, un suponer. De no ser así, las vías del…
Mi querida Big-Bang: En un repentino ataque de dashielhamettismo pienso que los cadáveres mal enterrados siempre vuelven. Yo como enterradora he sido pelín chapucera. No sigo la norma sagrada de los dos metros bajo tierra. Me vale cualquier zanja para arrojar el muerto y echar un puñado de cal viva como el que arroja el arroz La Fallera en las bodas. Como no remato, pasado…
Mi querida Big-Bang: El señor Rubidio opina que si hago una observación inteligente al día me dejará en libertad condicional para que campe por mis respetos y hasta me revuelque por el prado de la frivolité el resto de la jornada. Me parece un trato justo. Ayer, y dado que mi agenda de citas estaba llena de telarañas, fui a reponer mis cargas de Nespresso…
Mi querida Big-Bang: Los viernes me sale un espíritu de chacha en día de libranza tal que sólo me falta ponerme la cofia y bailar. La semana muere en buenas manos, me digo mientras echo un vistazo al armacio en busca del look más acorde con mi exultante revolución interior. Es viernes, y debería tener un planazo, una cita morbosa con Jack el Destripador o…